martes, 20 de septiembre de 2016

Biología (comentarios sobre el gen MAO A2R

http://www.agenciasinc.es/Noticias/El-gen-del-guerrero-hace-a-sus-portadores-mas-propensos-al-crimen-violento

http://www.agenciasinc.es/Noticias/El-gen-del-guerrero-hace-a-sus-portadores-mas-propensos-al-crimen-violento

El ‘gen del guerrero’ hace a sus portadores más propensos al crimen violento

Según un estudio sueco sobre 895 fineses condenados por crímenes violentos, hay variaciones genéticas relacionadas con la absorción de dopamina y el desarrollo de las conexiones neuronales que predisponen a una conducta agresiva, sobre todo en varones. El alcohol puede reforzar este comportamiento.

Un estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry relaciona las variantes de dos genes –MAOA y CDH13– con la propensión a cometer crímenes violentos. El trabajo ha sido realizado por un equipo de investigación del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia).

Según explica a Sinc Jari Tiihonen, profesor del departamento de Neurociencia de la institución sueca y principal autor del estudio, “más del 50% de los delitos violentos graves cometidos en países desarrollados pueden explicarse por razones genéticas. Nuestro estudio sugiere que estos genes podrían estar involucrados en un 10% de los crímenes”.

Mientas que el gen CDH13 contribuye al desarrollo de las conexiones neuronales del cerebro y está asociado al Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), el gen MAOA se encarga de metabolizar la dopamina, sustancia relacionada con las emociones fuertes tales como el amor y la violencia.

La variante de MAOA cuya absorción de dopamina es demasiado baja –llamada "gen del guerrero"– tiene como consecuencia una mayor atracción por las situaciones de riesgo y un aumento del comportamiento violento.

ara los autores, el consumo de sustancias como el alcohol –que contribuye a la liberación de dopamina en el cerebro– influye en el comportamiento agresivo. “La mayoría de los delincuentes se encuentran bajo la influencia de una sustancia psicoactiva en el momento del homicidio, mayoritariamente alcohol” explican los investigadores.

Más del 20% de los individuos del mundo son portadores de mutaciones de bajo riesgo de estos genes. “Aunque poseer una combinación de alto riesgo aumenta en 13 veces el peligro de desarrollar comportamientos violentos, la gran mayoría de los individuos que lo poseen no llegan a manifestarlo”, comenta Tiihonen.

El equipo de investigación ha analizado los genes de 895 delincuentes fineses condenados por crímenes violentos. La correspondencia entre el comportamiento agresivo y las mutaciones genéticas fue mayor en los grupos de individuos que habían cometido dos o más crímenes, y sin embargo, no se encontraron variaciones significativas en los genes del grupo de control de delincuentes no violentos.
Los hombres son más propensos a comportamientos violentos

Los estudios genéticos indican que el “gen del guerrero” es mucho más habitual en hombres que en mujeres. Esto se debe a que las hembras tienen dos cromosomas X, por lo que si esta variación se aloja en uno de ellos, es muy probable que se compense con el gen del cromosoma gemelo. Sin embargo, los varones tienen únicamente un cromosoma X, por lo que esta mutación no puede ser subsanada.

A la hora de prevenir conductas violentas, los investigadores consideran que los resultados obtenidos son muy débiles para ser usados en estrategias de prevención o para dictar sentencia. Para Tiihonen lo único que debe tenerse en cuenta en un juicio es “la capacidad mental para entender la naturaleza y consecuencias de los hechos y la capacidad de controlar el propio comportamiento”.

Sin embargo, según el investigador, esta predisposición genética podría ser útil para el tratamiento de estos delincuentes. "Para prevenir conductas reincidentes, el preso podría disfrutar de una reducción de condena con la condición de tomar disulfiram –medicamento para evitar la ingesta de alcohol– como parte de la libertad condicional”.

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https://en.wikipedia.org/wiki/Monoamine_oxidase_A


Gen Mao-A2r


Monoamine oxidase A (Monoamino oxidasa A), también conocido como MAO-A, es una enzima que en los humanos está codificada por el MAOA gen. Este gen es uno de los dos miembros de la familia de genes que codifican vecina mitocondriales enzimas que catalizan la oxidación desaminación de aminas, tales como la dopamina, la norepinefrina y la serotonina. Una mutación de este gen da lugar a síndrome de Brunner.

·         Síndrome de Brunner
Síndrome de Brunner es un raro trastorno genético asociado a una mutación en el gen MAOA. Se caracteriza por un menor del coeficiente intelectual promedio (típicamente alrededor de 85), problemático comportamiento impulsivo (por ejemplo, incendios premeditados, hipersexualidad y la violencia), trastornos del sueño y cambios de humor. Fue identificado en catorce varones de una familia en 1993.

Síndrome Brunner fue descrito en 1993 por HG Brunner en el descubrimiento de un defecto genético particular en los miembros masculinos de una familia holandesa. Brunner encontró que todos los miembros masculinos de la familia con este defecto hace reaccionar agresivamente cuando está enojado, temeroso, o frustrado. El defecto descubierto se encontró más tarde ser una mutación en el gen que codifica para la monoamina oxidasa A (gen MAOA ). Brunner dijo que la una deficiencia de "MAO-A” está asociada con un fenotipo de comportamiento reconocible que incluía la regulación alterada de la agresión impulsiva.

Este gen también se ha asociado con una variedad de otros trastornos psiquiátricos, incluyendo comportamiento antisocial. Acoplados alternativamente en transcripciones de variantes se han observado codificaciones de múltiples isoformas.


·         Enfermedades Cardiovasculares:
Actividad MAOA está vinculada a la apoptosis y daño cardíaco durante la lesión cardiaca después de la Reperfusión.

·         La depresión
Los niveles de MAO-A en el cerebro como se mide utilizando la tomografía por emisión de positrones se encuentra elevado en un promedio del 34% en pacientes con trastorno depresivo mayor. Los estudios de asociación genética que examinan la relación entre la alta actividad MAOA variantes y la depresión han producido resultados mixtos, con algunos estudios que relacionan la alta actividad de las variantes de la depresión mayor en las mujeres, el suicidio debido a la depresión en los hombres,  la depresión mayor y trastornos del sueño en los hombres y el trastorno depresivo mayor, tanto en hombres como en mujeres.

·         El comportamiento antisocial

Una conexión entre una versión de la monoamina oxidasa A gen (3R) y varios tipos de comportamiento antisocial se ha encontrado. Niños maltratados con genes que causan altos niveles de MAO-A eran menos propensos a desarrollar comportamientos antisociales. Bajo la MAO-A la actividad en combinación con el abuso experimentado durante la infancia ocasiona un mayor riesgo de comportamiento agresivo como un adulto, y hay indicios que sugieren que los hombres con el alelo de baja actividad MAOA son genéticamente más vulnerables incluso a la disciplina punitiva como predictor de la conducta antisocial se encuentra: la alta testosterona, el tabaquismo durante el embarazo, el nivel de vida material (pobres), la deserción escolar, y bajo coeficiente intelectual también predice el comportamiento violento en los hombres con los alelos de baja actividad (que son abrumadoramente el alelo 3R). Incluso en ausencia de tales factores de interacción, el alelo 3R tiene un pequeño efecto principal sobre la agresión y antisocial comportamiento, de acuerdo con un meta-análisis, que no encontró el sesgo de publicación significativo.

·         La agresión y el "gen guerrero"
Una versión de la monoamina oxidasa gen -A se ha conocido popularmente como el gen guerrero. Varias versiones diferentes del gen se encuentran en diferentes individuos, aunque un gen funcional está presente en la mayoría de los seres humanos (con la excepción de unos pocos los individuos con síndrome de Brunner). En la variante, el alelo asociado a rasgos de comportamiento es más corto (30 bases) y pueden producir menos de la MAO-a de la enzima.


·         Conexión débil entre emoción, control y juicio moral
Frente al peligro, el ser humano reacciona de dos maneras: huyendo o agrediendo. Que alguien sea más miedoso o agresivo que otros dependen de mecanismos de control cuyos centros fisiológicos se hallan en el cerebro. Más exactamente en la conexión entre la amígdala, donde habitan las emociones negativas, y el cingulum, el centro que analiza si las emociones son justificadas, y el que, si es necesario, las reprime.

En personas violentas y temerosas esta conexión es más débil. Además, en personas agresivas, también es más débil la conexión de la amígdala con el córtex prefrontal, el centro de la adaptación social y el juicio moral. El gen MAO-A influye en la actividad cerebral de dichas áreas. Esto es lo que confirma el estudio, recientemente publicado por la revista científica PNAS, de EE.UU.

·         Implicaciones legales
En un juicio penal de 2009 en los Estados Unidos, un argumento basado en una combinación de "guerrero gen" y la historia de abuso infantil se utilizó con éxito para evitar una condena por asesinato en primer grado y la pena de muerte; sin embargo, el asesino convicto fue condenado a 32 años de prisión. Los resultados mostraron los efectos del alelo 4-repetición de MAOA polimorfismo promotor de la conducta agresiva física para las mujeres. Parece que hay una interacción entre el 3-repetir alelo del polimorfismo promotor MAOA y las experiencias de abuso emocional en el comportamiento agresivo para las mujeres.

·         Agresividad: problemas de emoción y percepción
El gen MAO-A es el encargado de degradar neurotransmisores como la dopamina, la noradrenalina y la serotonina, tres sustancias químicas de cuyo sutil equilibrio dependen la salud emocional y las reacciones ante el estrés.

Existen dos variantes del gen MAO-A, una débil y otra activa. La versión 'L' o 'débil' del gen no cumple bien con su función de descomponer dichas sustancias, que actúan como mensajeras cerebrales, entre ellas la serotonina, euforizante. El gen se encuentra en el cromosoma X, de los cuales los hombres tienen sólo uno, y por eso son los más afectados. El gen 'débil' predispone a reacciones emocionales intensas que pueden conducir a actos violentos.

MAO-A modula el desarrollo de varias partes del cingulum, entre ellas el área que está relacionada con la atención y el control de errores. Según los investigadores, el comportamiento agresivo es siempre una combinación de factores emocionales y cognitivos. Muchas personas violentas no pueden interpretar correctamente los gestos de los demás. Una sonrisa de aceptación es a menudo vista como una risa maliciosa.
En el estudio, las personas que tenían el gen 'L' reaccionaban con emociones más intensas al ver rostros asustados o temerosos. En otros experimentos, mostraban más dificultades para detener y reprimir patrones de comportamiento agresivos, dado que desarrollaba menos actividad en los centros cerebrales correspondientes.

·         Un gen no determina el comportamiento
Entrevistado por Deutschland Radio, el periodista científico
Volkart Wildermuth explica que “en Nueva Zelandia se estudió la conducta de personas durante décadas, y tanto las poseedoras de la versión activa como de la pasiva tenían problemas con la ley, o no habían sido protagonistas de ningún conflicto.” Es decir, no había diferencia alguna.
Lo que sí jugaba un papel importante, relata Wildermuth, eran las experiencias violentas durante la niñez: abuso sexual y psíquico y sucesos traumáticos. Estos hechos aumentaban la posibilidad de que quienes llevaban la variante ‘débil’ del gen fueran protagonistas de hechos criminales.

De esto deducen los científicos que no existe el 'violento por naturaleza', o el 'criminal nato'. El gen de tipo débil es una variante muy común entre los seres humanos, por lo cual no puede hablarse de un ‘gen de la violencia’. Es claro que el cerebro de quien posee este tipo de gen MAO-A se desarrolla de manera distinta, pero casi no se notan diferencias en las actitudes cotidianas. Sólo si estas personas tuvieron experiencias traumatizantes no elaboradas, de las cuales han quedado cicatrices emocionales profundas, puede que reaccionen con violencia en situaciones conflictivas.

Wildermuth cree que, al tratarse de diferencias tan sutiles, lo interesante sería investigar qué factores hacen que alguien actúe con templanza ante sucesos dramáticos, más allá de su constitución genética. Así se podría ayudar a aquellos que cuentan con la variante débil del gen.

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